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Cuidado de Plantas

¡Las plantas son “seres vivos” y al tenerlas en casa requieren protección y ciertos cuidados para mantenerlas sanas y bellas!

Es importante tener presente siempre que como son «seres vivos”, como tal hay que tratarlas: se alimentan, respiran, palidecen e incluso hasta se entristecen y enferman, por eso es necesario saber cómo manejarlas, cuál es su ambiente adecuado y cuáles son sus necesidades (agua, aire, luz, etc.)

 

¿Cuáles son los cuidados básicos para el jardín?

 
Recuerda que el mejor momento para regar las plantas es temprano en la mañana.

 

 

Riego

¿A qué hora del día se debe hacer el riego?

Lo ideal es regar las plantas por la mañana o al final de la tarde, cuando los rayos del sol no son tan intensos.  El mejor momento es temprano en la mañana para reducir la evaporación y evitar hongos.

Aunque todas las plantas tienen necesidades diferentes, la mayoría se rige por la misma regla básica: Si la tierra está árida y seca, necesita un riego.

 

¿Cuándo se debe hacer el riego?

Se debe regar, cuando al ver o tocar la superficie de la planta, esté seca. -Se debe verificar la superficie de la planta porque aparentemente puede estar seca, pero en su interior está aún húmeda, por lo que no necesitaría más agua- Para asegurarse que una planta necesita realmente agua, lo más sencillo es hundir ligeramente un dedo o un palito de madera en la tierra: si está seca al tocar o sale seco el palito, ya es tiempo de regar, no sólo en superficie sino en profundidad. ¡En general, no permitas que la tierra se seque completamente!

Nota: Para realizar la prueba de humedad también se puede utilizar un lápiz de madera. Procure sacarle punta para que parte de la madera quede expuesta. Luego entierre el lápiz con la punta hacia abajo. Procure que al menos entre la mitad dentro del tierra. Si la punta sale húmeda, sabrá que aún hay humedad bajo el terreno.

Dependiendo de una especie u otra, la frecuencia de riego varía.

 

¿Cuál es la frecuencia adecuada de riego?

Dividiremos las plantas en 3 tipos según su frecuencia e intensidad de riego:

  • De riego abundante. Su frecuencia de riego oscila entre las 3 y 6 veces al día en verano y una vez en invierno. En este grupo se incluirían las plantas que florecen, presentan capullos o flores muy grandes. Para saber cuál es la frecuencia de riego adecuada, lo mejor es tocar la parte de arriba de la tierra y comprobar que no está seca. Si no es así debemos regarlas abundantemente, sin miedo a encharcarlas. Si se libera mucha agua por los agujeros inferiores y se llena el plato donde se asienta la matera, es recomendable vaciarlo ya que ésta puede llegar a pudrirse.
  • De riego moderado. Su frecuencia de riego es de, aproximadamente, 2 o 3 veces en verano y 1 cada semana y media en el invierno. En este grupo incluiremos las plantas del grupo anterior en invierno, a menos que en el lugar haya poca humedad y haga mucho calor. Para saber cuándo regarlas, lo mejor es meter el dedo un par de centímetros en la tierra. Si está seca la regaremos, pero no tanto como en el caso anterior. Repetiremos la misma operación con el plato donde reposa la matera.
  • De poco riego. Es suficiente con regarlas una vez al mes en invierno y una vez a la semana en verano.  Una planta de este grupo sería el cactus.
Las pequeñas materas (potes plásticos) donde vienen sembradas las plantas, se calientan rápidamente, lo que lleva a una evaporación más rápida del agua que contienen.

 

¿Por qué se deben regar las plantas con mayor frecuencia?

  • Se recomienda regarlas periódicamente sin excederse, teniendo precaución de no mojar las flores y el follaje, solo la tierra.  Tener presente que regar las plantas ayuda en su crecimiento y a mantenerlas sanas, también ayuda a protegerlas de enfermedades y daños provocados por insectos.
  • No hay «recetas» generales en cuando al riego, ya que depende de las condiciones particulares de cada planta y lugar.
Cada tipo de planta tiene su forma de riego, no todas se deben regar de la misma manera.

 

 

¿Qué elementos se deben utilizar para hacer el riego?

  • Un método eficiente para el riego de las plantas, es el uso de regaderas manuales aplicando el agua a la base de las mismas en forma de lluvia, no con una caída fuerte de agua, sino lenta y suave.
  • También se utilizan mangueras con suficiente largo para llegar sin esfuerzo a los puntos de riego.  Funcionan mejor cuando trabajan en presión baja, así que es recomendable usarla con un regulador de presión o reductor de flujo de agua. Tener en mente el tipo de pistola que se emplea (para flor se recomienda una pistola de chorro liviano que no moje la flor; para el follaje, se puede usar una pistola de chorro fuerte y/o varias posiciones).  Así mismo, debe haber tomas de agua bien situadas para no realizar desplazamientos incómodos.
Regar en exceso en épocas muy frías puede ser tan dañino como dejar de regar durante el verano.
¿Cómo se riega según el clima y épocas del año?
  • Tanto el clima como la época del año, son de suma importancia cuando se van a regar las plantas. Cuando hay calor y buen sol, el agua se evapora más rápido en la tierra y las plantas tienen menos tiempo para absorberla. Por otro lado, esta evaporación ayuda a controlar los excesos de humedad en la tierra. Entonces para sacarle el máximo beneficio a los riegos en épocas calientes, es bueno regar bien temprano en la mañana y de forma profunda.
  • Pero cuando hace frío y las noches son más largas, el agua tiende a estancarse entre las capas de la tierra.  Muchas veces ahogando las raíces de las plantas o fomentando hongos perjudiciales.  Entonces hacer menos riegos o no regar del todo es mucho más conveniente para esta época.

Es por ello que el riego puede ser continuo u ocasional dependiendo del clima.

La falta de agua en las plantas es un síntoma muy fácil de detectar: si vemos que las hojas se arrugan, se secan, se caen, significa que la planta no se ha regado lo suficiente.

 

¿Cómo se identifica la falta de riego?

  • También cuando los bordes de las hojas se vuelven marrones revelan falta de humedad, es decir, un ambiente demasiado seco; en este caso la solución es vaporizar el follaje a menudo. Si se retoma a tiempo el riego, la planta puede reponerse.
  • Si, por el contrario, la falta de agua perdura, la planta se irá marchitando gradualmente, las hojas se ponen blandas y cuelgan, y acaba muriendo de sed.  Los síntomas se dan con manchas negras o manchas marrones en los extremos de las hojas que pueden indicar podredumbre de raíces.
Un riego excesivo incluso temporalmente, puede dar lugar al deterioro de la planta en la matera.  Además, abre la puerta a muchas enfermedades, plagas y hongos.

 

¿Cómo se identifica el exceso de riego?

  • Una de las principales razones por las que muchas plantas mueren, es por el exceso de agua en la tierra, que hace que las raíces no consigan oxigenarse y terminan por ahogarse y pudrirse. Las hojas continúan la transpiración y acaban deshidratándose por lo que parecerá raro que el sustrato esté encharcado y las hojas secas.
  • Los primeros síntomas se traducen en el amarillento que van adquiriendo las hojas y en las raíces que se pudren.  A veces, creyendo que se trata de falta de riego, se riega de nuevo, aumentando de esa manera los daños, que no tardan en provocar la muerte de la planta.
Nada tan importante como el drenaje, porque el agua empozada en la tierra tiende a pudrir las raíces de las plantas.

 

¿Cómo se facilita el drenaje?

  • En ocasiones, al regar una planta, el agua queda encharcada en la parte superior de la tierra.  Esto ocurre porque el sustrato no puede evacuar el agua sobrante.  En estos casos, las raíces se asfixian en el agua estancada, por lo que terminan por pudrirse y, con ellas, la planta entera.  Para evitarlo, hay que facilitar el drenaje del agua.
  • Tanto el sustrato (tierra o medio) como el envase donde se coloquen, debe promover que el agua baje cómodamente a través del mismo. Y que los excesos de agua no se acumulen, sino que salgan por los agujeros en la parte de abajo.
La falta de humedad en el aire es una de las mayores causas por las que las plantas se marchitan y mueren.

 

¿Por qué se debe mantener la humedad en el jardín?

  • Las plantas necesitan una cierta cantidad de humedad para poder realizar la transpiración (proceso mediante el cual expulsan agua a la atmósfera –motor necesario para que la planta pueda absorber agua y nutrientes desde el suelo-
  • Los requerimientos de humedad ambiente difieren también de acuerdo con las especies.  Como regla general se puede decir que – para mantenerse vigorosas y turgentes – las plantas de hojas finas requieren mayor porcentaje de humedad que las que tienen hojas gruesas o coriáceas.
  • Resta decir que, si bien las plantas son productoras naturales de oxígeno y no necesitan que se les proporcione, sí necesitan que se renueve el aire dentro de los ambientes cerrados, a fin de disminuir la temperatura y la humedad excesivas, fortalecer los tallos y eliminar los vapores tóxicos.